Así que ahora encontramos dos formas de vivir muy distintas pero que comparten un mismo ingrediente. ¿Cuáles son las principales diferencias entre ambos tipos de vivienda?
La decoración y el tamaño de una habitación de co-living marca la diferencia.
Si te alojas en una habitación de un co-living, vas a encontrarte un dormitorio amplio y holgado, donde puedas trabajar y descansar. El mobiliario desactualizado de un piso compartido tradicional aquí no tiene cabida. Se apuesta por decoración moderna y funcional que aproveche cada rincón.
Por ejemplo, en Nordik Coliving hemos apostado por un mobiliario de estilo minimalista y pragmático. Apto para todo tipo de gustos, y para todo tipo de inquilinos.
2. Nada te da más tranquilidad que saber con antelación tus gastos. Por mucho que intentemos prever el futuro y ahorrar, es muy complicado adivinar a cuánto ascenderán las facturas de la luz o el agua. En cambio, en un co-living, no te vas a llevar ninguna sorpresa: la renta incluye unos gastos fijos. Siempre la misma cuota.
3. Permanencia de 3 o 6 meses vs. alquiler flexible desde un mes. Tú más que nadie lo sabes: la vida da muchas vueltas. Tu trabajo puede que te haga moverte de ciudad en ciudad, o puede que te apetezca explorar hasta dar con aquel rincón del mundo que encaja mejor contigo. El alquiler flexible casa a la perfección contigo. Tienes la opción de ir ampliando la estancia en tu co-living mes a mes. Según vaya surgiendo, y sin las estancias mínimas exigidas en otras viviendas.
4. Evita a toda costa el caos. A nadie le agrada protagonizar la clásica película de terror vivida en un piso compartido, en la que los compañeros se niegan a fregar y ves montañas de platos en la cocina sin fregar. Nos entran escalofríos de pensarlo. Contar con un servicio de limpieza semanal que asegure que baños y cocina estén impecables parece la solución a todos nuestros problemas. O en otras palabras, a ti te pega más vivir en un co-living.
5. Plug and play, o entrar y conectar. ¿De qué te estamos hablando? De una particularidad del co-living que no encontrarás en ningún piso normal. Aparece la figura de Community Builder. Será tu mayor aliado cuando entres a vivir en tu vivienda. Te guiará en tu nuevo piso y en la ciudad para que te hagas al ritmo de vida y formas de moverte por la ciudad.
6. Papeleo, u otras formas de retrasar la mudanza. Fianza, nómina, avalista. Estas palabras te persiguen cuando contactas con cualquier anuncio publicado en los portales inmobiliarios. A pesar de tener ahorros más que suficientes para vivir donde quieras, muchas viviendas “te cierran sus puertas”. Hasta que das con un co-living, y el camino se hace más fácil.
7. Mucho más por mucho menos. Lo que no son cuentas son cuentos. Coge una calculadora y suma todos los factores que caracterizan a un co-living y verás la diferencia de precio en comparación a un piso compartido.
La fórmula quedaría tal que así:
Alquiler de habitación en zona céntrica + gastos y limpieza incluidos + actividades en comunidad + packs de servicios adicionales = ahorro y tranquilidad.
Por todo esto, y por mucho más, un coliving es mucho más que un piso compartido. Es un hogar temporal en el que compartir experiencias. Se trata de la manera ideal para mudarte a un nuevo destino, conocer gente que te aporte y no prescindir de ninguna comodidad.
¿Nuestro consejo? Si eres un nómada digital o te han cambiado de destino de trabajo, abre el navegador de Google y teclea “Coliving (+ tu nueva ciudad)” y averigua todas las ventajas que te ofrece el más cercano. O no te muevas de aquí si quieres vivir en Málaga porque Nordik Coliving Trinidad abre sus puertas.